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Hablar por rellenar

Un periódico tiene que rellenar un número determinado de páginas. Una televisión o una radio tienen que rellenar 24 horas de programación. Rellenar. En eso consiste su labor, para así maximizar los ingresos por publicidad. ¿Y cómo se rellena? Pues como sea, pero hay que hacerlo.
Digo esto porque tengo la sensación (desde hace mucho tiempo) de que en los medios tradicionales, sujetos a esta necesidad de «rellenar», los contenidos vienen a dar igual. Se trata de llenar minutos y páginas «al peso». Si hay que dar noticias irrelevantes, se dan. Si hay que alentar debates absurdos e interminables, se alientan. Si hay que centrarse en detalles absurdos, pues sea. Si hay que tirar de refritos, se tira. Todo es cuestión de rellenar. Y en algunos «medios digitales» se detecta una tendencia similar. No se trata de rellenar un espacio determinado, pero sí de «generar tráfico». Así que si para eso hay que hacer contenidos de cualquier pelaje por docenas, pues se hacen. Todo sea por maximizar el tráfico, y la relevancia en buscadores, o sea, las impresiones publicitarias. Porque al final, el objetivo es el mismo.
Lo que me sorprende es ver otro tipo de «medios», más personales y/o profesionales en los que esa pulsión «publicitaria» no existe, pero que sin embargo caen en estrategias similares. Veo blogs que repiten una y otra vez las mismas ideas expresadas de forma ligeramente distinta una de otra, que se empeñan en darle vueltas y más vueltas a detalles y casos irrelevantes tratando de hilar finísimo en temas que no aportan gran cosa. ¿Para qué? No lo sé. A mí se me hacen aburridos, intrascendentes y repetitivos… y acaban cayéndose de mi lista de lecturas.
A mí, como lector, me gusta que se vaya al grano. Que me den las ideas importantes, de la forma más clara posible. Pin, pan, y a otra cosa. En una palabra, síntesis. Eso, trasladado a los medios tradicionales, podría ser un periódico de 4 páginas, un informativo de 5 minutos. Eso, el día que haya algo interesante… porque puede que haya días, o semanas, en los que no sea el caso. Decir lo que tengas que decir, y callar cuando no tengas nada relevante que ofrecer.
Por eso, suelo desconfiar mucho de cualquier medio que tenga establecido una «frecuencia de publicación». Que me van a meter un debate de 3 horas, un programa semanal, un informativo de 35 minutos, un periódico de 48 páginas, o 50 posts por semana… si es con cosas interesantes bien, y si no, con material de relleno. Idem con aquéllos a quienes se les nota la preocupación porque «hace mucho que no escribo», «no se me ocurre de qué escribir», «me he propuesto escribir un post semanal». Porque cuando uno siente que tiene algo interesante que decir, no necesita forzarse. Y si tiene que recurrir a la «fuerza de voluntad»… malo.
Foto: Luc de Leeuw

6 comentarios en “Hablar por rellenar”

  1. Ahora en verano, si te hicieran caso, algunos periódicos diarios debieran convertirse en semanarios, y en las televisiones con una edición de noticias al día habría más que suficiente para que nos sacaran unos cuantos «pares de tetas» en las playas y otras supuestas noticias que durante el resto del año nunca salen 😉
    Por no hablar de quien dejan escribiendo en algunos periódicos en verano…. el otro día en la Gaceta empezaron a hablar de que un salmantino había descubierto una nueva especie de pez, al que luego el redactor llamaba anfibio para acabar refiriéndose a él como mamífero… 🙂

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  2. Así es, estoy muy de acuerdo con lo que comentas. En ocasiones es difícil tratar algún tema sin repetirse un poco (al fin y al cabo, todos nos especializamos y/o solemos hablar de varios temas muy concretos), pero una cosa es eso, y otra, como bien dices, rellenar por rellenar.
    Y eso, sin contar otra cuestión, que como se hace «a desgana», se hace mal, es decir, con una expresión deficiente, faltas de ortografía, y demás, lo cual no contribuye tampoco a mejorar la imagen que se pueda tener del medio o blog en cuestión.
    Un saludo
    Pablo Rodríguez

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  3. Lo más divertido es cuando el medio de comunicación en cuestión, como tiene que rellenar páginas, se pone a hacer refritos buceando por blogs y ‘reflotando’ temas.
    Y es que solo reducen páginas cuando no tienen publicidad. Normal ya que en el fondo no son medios de información, sino soportes de publicidad que completan con ‘información’.

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  4. En casi todo de acuerdo. Sobre todo en la necesidad de síntesis y de relevancia.
    Algunos matices:
    1. Un escritor (aunque sea de blogs) no necesita esperar a estar inspirado o tener que decir algo concreto. La inspiración te suele encontrar trabajando (escribiendo).
    2. A veces no sabes lo que vas a decir hasta que lo dices.
    3. La relevancia es algo que ha de buscar sobre todo el lector, como tú haces al podar implacablemente los blogs y lecturas repetitivas.
    4. Del pensado al escrito hay un gran trecho. Y a veces SÍ que hay que forzarse a escribir y aplicar la fuerza de voluntad.
    5. En mi caso, si sé exactamente lo que voy a decir, pierdo la motivación para escribirlo. Para mí escribir es una herramienta de exploración y descubrimiento.
    6. El escribir regularmente y generar un hábito hace que la energía de voluntad inicial para ponerse a escribir sea menos y menos necesaria.
    Dicho esto, un escritor de blogs que escribe todos los días (cosa que me parece muy bien) no debería sentirse obligado a publicar todo lo que escribe.

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  5. Las mal llamadas agencias de marketing ahora recomiendan a las empresas planificar sus contenidos, como si fueran una revista.
    Dándole la vuelta a la tortilla es como si mañana todos los diarios y revistas tuviesen que tener también una tienda online como la que tiene elmundo.es al estilo de «tutiendaencasa».
    Y todo fruto de la crisis de los medios publicitarios y de información tradicionales que han despedido a tantos trabajadores ahora reconvertidos en «expertos de marketing de contenidos», su tabla de salvación.

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