Ah, twitter, twitter… quién me lo iba a decir a mí… con la chorrada tan grande que me pareció cuando salió, y ahora no sólo soy un adicto sino que encima me permito el lujo de hablar sobre el tema como si fuera un experto… cómo cambian los tiempos, Venancio, ¡qué te parece!
El caso es que esta tarde he repetido intervención en Enredados (ya participé allá por octubre). Esta vez en el papel, más grato, de «tertuliano». El que ha introducido el tema esta vez ha sido… ¿Juan Larzábal? ¿Javier Barrera? (algún día deberíamos hablar de quién eres en realidad, y quién es «el otro»…) con un post en su Periodismo al Pil Pil, y hemos sido Antonio Ortiz y yo los que hemos estado hablando un buen ratito (¡y se ha hecho corto!) sobre twitter, el microblogging y demás historias.
Ahí queda el audio:
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Raúl, ¿qué plugin para WP utilizas para el audio? ¿Audio Player? No, ¿verdad?
Ni idea, es un código que ponen en la propia web de Enredados para copiar-pegar.
Ah ok, no hay plugin pues.
Excelente análisis que hacen ambos. A la verdad, aunque dudemos de que esto realmente «llegue» a las masas, como lo ha hecho el blogging, el microblogging es una tendencia que vale la pena seguir. Y especialmente con las mejoras que se hagan con el tiempo.
Francamente, veo el futuro de twitter muy negro. No ha calado entre la nueva generación nada en absoluto. Mis sobrinos (entre 5 y 20 años) no lo usan ninguno porque dicen que «ahí no hay nada más que cuatro viejos».
Excelentes reflexiones sobre el micro-nano blogging, sin duda el futuro chat de la web.
Martín Fernández es el dewplayer, lo puedes ver en:
http://www.alsacreations.fr/dewplayer
Un saludo.
Ale, probablemente tengan razón. Yo esto de las «redes sociales» lo veo como los bares: vas a un bar porque hay un ambiente que te gusta, gente de tu perfil, estás agusto. Los que son 5 años más jóvenes no quieren ir porque «es de viejos». Los que son 5 años más mayores no quieren ir porque «es de yogurines».
Y la gente sigue creciendo, y una de dos: o todo el mundo sigue yendo a «su bar», o los más jóvenes empiezan a llenarlo (y entonces te «echan» porque ya no es lo que te gusta).
Al final vamos donde está la gente que es como nosotros. A mí no se me ocurre entrar en gentemessenger o ese tipo de sitios (todo quinceañeros salidos, ¿qué pinto yo allí?).