Hace unas semanas di una charla y encontré por ahí algo de feedback positivo y espontáneo. Lo cual siempre es muy agradecido (¿a quién no le gusta que le digan cosas buenas de sí mismo?), pero tiene el inconveniente de que no ayuda a mejorar. Y siempre se puede mejorar. Oí contar una vez que los indios navajos identifican la perfección con la muerte, porque una vez alcanzada la perfección no hay estímulo para mejorar (o algo así).
Así que, sin duda, la crítica constructiva es mucho más enriquecedora que los parabienes, aunque más incómoda de escuchar. Lo que pasa es que no siempre la encuentras de forma espontánea. Así que, aprovechando la presencia entre el público de aquella charla de una persona a la que respeto mucho y cuyas opiniones valoro, le pedí que hiciera exactamente eso, una crítica constructiva, un repaso de cosas que desde su punto de vista se podían mejorar en mi intervención.
Cuando hacía formación en habilidades directivas, uno de los recursos que usábamos era la ventana de Johari, uno de cuyos cuadrantes es la denominada área ciega. Consiste en aquéllas cosas que ignoramos de nosotros mismos, pero que los demás sí conocen. Y la única forma de reducir ese área ciega (que, en la medida en que no disponemos todos de la misma información es una fuente de problemas de comunicación y de relación) es, precisamente, que los otros nos cuenten todas esas cosas para que así todos tengamos el mismo conocimiento. O sea, el feedback.
Pero recuerdo que uno de los detalles que mencionábamos era la importancia de que el feedback sea solicitado. Es decir, que tampoco es esencialmente positivo ir haciendo crítica a diestro y siniestro sin que nadie nos lo pida, a riesgo de que la persona aludida pueda tomárselo como una afrenta. Sin embargo, cuando somos capaces de pedir a los demás su opinión sobre nosotros y somos capaces de asumir lo que nos dicen (que probablemente nos cueste un poco), el feedback se convierte en una potente herramienta de crecimiento personal y profesional.
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Todo depende, hay cosas que hacemos y cosas que hacemos mal.
Si sólo tenemos críticas tenemos el problema de que no sabemos cuales son los puntos fuertes que estamos haciendo bien ypodemos dejar de hacerlos.
En mi opinión la mejor forma de obtener el feedback es pedir que se destaquen los puntos débiles y los fuertes, de esa modo se tiene una idea completa que si sólo preguntamos ¿qué te ha parecido? o sólo preguntamos ¿cómo podemos mejorar?
Creo que el concepto del FB no está muy bien entendido en general y ´se le asocia a menudo con crítica, cuando lo hay de mucho tipos. A parte de lo que comentas, pedir permiso para dar tu opinión, creo que hay que tener una disposición mental para hacerlo, el que lo da y el que lo recibe, y por otro lado hay que cuidar y aprender en la forma de mostrarlo
Estoy totalmente de acuerdo con la importancia del feedback como ayuda para mejorar. Pero no siempre es facil conseguirlo.
Soy recien licenciado en ADE y, en el ambito que yo me muevo, de busqueda de trabajo o practicas, por diversas paginas de empleo en internet, seria muy gratificante algo de feedback y no solo ver como la oferta en la que estas inscrito pasa de » en proceso» a » descartado» sin ningun tipo de explicacion.
Seria fabuloso saber en que aspectos no encajas con el perfil solicitado o que te falta para poder conseguir el puesto, para poder mejorarlos.
Simplemente queria dar mi opinion sobre este tema aplicandolo a mi situacion personal.
Enhorabuena por este blog tan interesante del que estoy empezando a hacerme seguidor.
Un saludo.