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Historias de profesionales independientes: Maider Gorostidi

(Esta entrevista pertenece a la serie de «Historias de profesionales independientes«, puedes ver más en este enlace)
Continúo con la serie de profesionales independientes. Esta vez la protagonista es Maider Gorostidi, y su proyecto Funts Project. Dentro de esta serie de entrevistas, el caso de Maider es importante para mí, porque es la primera vez que salgo de mi «círculo inmediato»; sí, hay conocidos comunes, y compartimos mundillo de «cambio organizativo» y «consultoría artesana», pero no dejaba de ser abordar a una persona sin la seguridad que te da el tener una relación previa. Así que estoy doblemente agradecido a Maider, por haberse dejado «asaltar» y permitirme explorar más allá del terreno conocido, y dejarme hurgar en su vivencia como profesional independiente.

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Cuéntanos un poco tu trayectoria profesional, ¿cómo has evolucionado? ¿cómo llegaste a ser un “profesional independiente”?
Llegué a ser profesional independiente hace un año y medio. Tengo 43 años. Creo que este era un paso más en mi desarrollo profesional. Hace unos años hice análisis de mi trayectoria profesional y me di cuenta de que tenía patrones que se repetían cada 3 años: empezaba un nuevo trabajo en una nueva organización o en otro departamento y al de 3 años sentía “un techo” al que había llegado. Tenía la sensación de que yo ya no iba a aportar más al lugar en el que estoy y de que ese lugar o trabajo tampoco me iba a aportar más. En esos ciclos se produce un “choque” y es este el que me hace avanzar hasta donde estoy hoy.
Confieso que estos ciclos han sido dolorosos porque, culturalmente, tampoco estamos acostumbrados a que sea algo natural la necesidad de cambio; vivimos más en un estado de semi-resignación y cultura de permanencia que de cambio. Y esto no me ha ayudado a que los procesos de transición hayan sido tranquilos. En ocasiones los he vivido con sentimiento de culpabilidad por sentir esa punzada de insatisfacción recurrente.
Pero lo positivo que acompañaba estos procesos siempre ha sido el impulso, la necesidad de hacer cosas diferentes, de aprender algo nuevo, de sentir la tensión del reto; a esta sensación se le une, en esta última etapa, la necesidad de hacer algo propio, algo que cree yo.

Culturalmente, no estamos acostumbrados a que sea algo natural la necesidad de cambio; vivimos más en un estado de semi-resignación y cultura de permanencia que de cambio.

 
¿Qué es FuntsProject, y qué buscabas con el proyecto?
Buscaba crear algo propio y crear algo en lo que creo.
En estos momentos, tras haber vivido varios «ciclos profesionales» de esos a los que te referías… ¿dirías que te has «acostumbrado» a esa sensación de cambio? ¿cuentas ya con la idea de que, dentro de X tiempo, volverás a estar en esa disyuntiva? ¿Te preparas para «asomarte al vértigo» de alguna manera; dirías incluso que lo buscas?
Paradójicamente, en el momento de mayor incertidumbre de mi vida profesional el futuro no me preocupa. Sé que se cerrarán fases y se abrirán otras nuevas, pero “me trabajo” para no reproducir patrones que no me ayudan. Creo que el vértigo está presente en mi opción profesional como autónoma, profesional independiente; pero también siento que el crecimiento es exponencial cuando soy capaz de afrontar ese vértigo. En ese sentido, y respondiendo a tu pregunta de si lo busco o no, te diré que conscientemente no lo busco, pero tengo conciencia y experiencia del poder del subconsciente y no me extrañaría que desde ahí fuese una situación buscada.
¿Qué es lo que más valoras de ser “profesional independiente”?
La diversidad. Trabajar con gente distinta, trabajar en proyectos diferentes, trabajar para organizaciones diversas y hacer distintos tipos de trabajos.
La libertad de la autogestión, con el peligro que eso supone por el “enganche” que produce trabajar en aquello que te gusta y de la manera que te gusta.
El contraste, la compañía. En mi caso, embarcarme con alguien en esta andadura. Tener contraste diario de lo que hacemos.
¿Cuáles son las mayores dificultades que ves en el camino de un «independiente»?
Como mujer, madre y compañera, la desconexión de mi trabajo. Disfruto con lo que hago y de lo que hago. Trabajo en mi casa y me resulta complicado dejar de trabajar y activarme en modo, por ejemplo “madre”. Esto me obliga a estructurar mejor los tiempos y las dedicaciones y a controlar la necesidad de seguir haciendo.
En mi caso particular, vender lo que hago. El acompañamiento en el cambio en las organizaciones no siempre se ve ni se prioriza. Necesitamos facturar para vivir y, como decía una amiga mía: “ahí fuera hace mucho frío”.
El aguante, la paciencia que se necesita para resistir momentos más bajos en los que las cosas no salen como una desea.
En ese proceso de venta, que planteas como «dificultoso»… ¿qué estrategias te planteas? ¿Cómo sería tu proceso de venta?
El proceso de venta es una conversación, un diálogo donde pretendo conocer “al otro” y ofrecerle una mirada desde mi lugar por si le pudiera servir. Las herramientas que tengo las pongo a disposición de la propuesta que trabajemos. Esta manera de hacer o vender no es sencilla pero es en la que creo. Planear sobre hipótesis para construir posibilidades conjuntas de abordarlas.

El proceso de venta es una conversación, un diálogo donde pretendo conocer “al otro” y ofrecerle una mirada desde mi lugar por si le pudiera servir

En esa necesidad de «facturar para vivir» muchas veces corremos el riesgo de perder el foco, de hacer «trabajos alimenticios» que no son lo que nos habíamos propuesto y así diluir nuestros esfuerzos. ¿Cómo gestionas tú ese equilibrio?
De momento no me he visto en la situación extrema de tener que aceptar “trabajos alimenticios” pero no porque haga cosas que según ojos ajenos puedan desviarse de nuestro propósito, seguro que hay gente que lo ve así. A todos los trabajos que hago, aunque no parezcan centrados en lo que en apariencia nos “atañe”, les encuentro un sentido y me parecen una oportunidad de aprender algo nuevo.
¿Qué estrategias sigues para intentar «separar» (o «combinar mejor», quizás) esas facetas profesionales/personales que tanto se nos suelen mezclar?
No puedo parcelar mi vida, soy un todo y ambas facetas se alimentan. Tengo la suerte de compartir proyecto de vida con alguien que también piensa y vive así.

No puedo parcelar mi vida, soy un todo y lo profesional y lo personal son facetas que se alimentan

¿Qué habilidades crees que son fundamentales cuando uno está por su cuenta?
Paciencia, como decía antes, para afrontar tormentas.
Tener una buena red de apoyo y contraste, de confianza, que te ayude a crecer.
Saberte siempre incompleta y actualizarte constantemente en habilidades o conocimientos propios de la profesión.
Tener un hobby o más de uno que te ayude a “salir” de tu monotema.
Disfrutar con la sensación de reto.
Compartir sin pensar en que compites con otras personas que hacen cosas similares.
Conversar mucho y bien.
Aprender de otras personas y enseñar a otras personas.
Asomarte al vértigo cada “x” tiempo para avanzar.
Hablas de la importancia de la «red de apoyo» y del contraste. ¿Cómo enfocas tú el desarrollo y cuidado de esa red?
Llamadas, cafés, comidas, skypes, que mensualmente se buscan, se provocan, se cuidan para que sucedan. En esos encuentros hablo de las cosas en las que estoy y pregunto a esas personas de la red en qué cosas están.
También confío en mi capacidad para conectar ideas aunque obedezca a la mera intuición. En ocasiones, mientras escucho a las personas con las que he quedado, no sé si llego a comprender del todo lo que me quieren decir pero lo que escucho me conecta a otras conversaciones u otras personas. Tener la libertad de expresarlo, de hablarlo con todas esas personas, de contrastarlo y de intentar hacer algo con esos hilos transparentes es cómo yo enfoco ese cuidado y desarrollo de la red. Hacer esto con frecuencia es un lujo porque hay mucha gente muy interesante alrededor.
¿Qué herramientas utilizas para facilitarte el trabajo?
Ordenador, libros, buenas bases de documentación y búsqueda de información para la investigación. Aplicaciones en red de archivo y gestión de documentación, accesible, sencilla y gratuita.
¿Qué reacciones sueles encontrar a tu alrededor (entorno familiar, amigos, conocidos, etc.) cuando conocen tu forma de trabajar?
De mis pares hubo un reconocimiento de “valentía” por dar el salto y establecerme mi cuenta. Algunas personas manifestaron sentir envidia y reconocían que no podían permitirse esa situación.
A medida que avanzo en mi trabajo, algunas personas no entienden a lo que me dedico al no ser una actividad fácil de encasillar en trabajos clásicos.
Hay quienes confiesan que les gustaría gozar de la libertad de la autogestión y el trabajo desde el domicilio propio.
¿Y en el ámbito profesional? ¿Qué reacciones sueles encontrar de posibles clientes, etc. cuando conocen tu forma de trabajar?
Ninguna extraña de quienes conocen esa manera de trabajar.
¿Cómo crees que evolucionará el mundo del trabajo? ¿Qué rol crees que jugarán los profesionales independientes en él?
El futuro del mundo del trabajo me lo imagino mixto, un espacio donde convivirán estructuras y trabajos de todo tipo, más clásicas, más modernas. Todo ello convivirá en el ecosistema laboral.
Los profesionales independientes son pequeños nodos que se juntan en función de las respuestas a armar para las necesidades que se tengan que hacer frente. Rápidas, variadas, complementarias, pueden llegar lejos. Son necesarios por su versatilidad, flexibilidad, adaptabilidad. Las empresas tienen en los profesionales independientes el recurso fácil a la hora de contratar para desarrollar proyectos distintos en sus propias organizaciones: más rapidez para crear productos o servicios distintos sin que la empresa arriesgue demasiado.
Cuando hablamos de las empresas que trabajan con profesionales independientes… ¿cómo crees que es el encaje actualmente? ¿qué crees que podría hacerse mejor, tanto desde el punto de vista de la empresa como de los profesionales, para que esas relaciones fuesen más fluidas?
Creo que el valor del profesional independiente en la empresa es positivo, no tanto por el profesional en sí o sus conocimientos como por el lugar que le otorga la empresa en la relación que establecen. Es ese “externo”, ese “ajeno”, ese con el que no existe una relación jerárquica. Y esto también sucede desde el lado del profesional: se siente libre para hablar, opinar, aflorar cuestiones que estando dentro del sistema tal vez no haría. Creo que el lugar en el que ambos interlocutores se sitúan es positivo para avanzar en los desafíos de las organizaciones para navegar estas nuevas aguas.
Pienso que estos modelos necesitan explorarse más, mejorarse, explotarse para que todas las partes sigan ganando y el sistema también.

Creo que el lugar en el que profesional independiente y empresa cliente se sitúan es positivo para avanzar en los desafíos de las organizaciones para navegar estas nuevas aguas

6 comentarios en “Historias de profesionales independientes: Maider Gorostidi”

  1. Estupendas las reflexiones, preguntas y respuestas. Cuando dice Maider que «ahí fuera hace frío», me pregunto hasta que punto quienes nos decimos independientes (o interpedendientes) no hacemos sino alimentar al monstruo. Y me incluyo, claro está. Aceptamos el riesgo, la desmembración, la flexibilidad, el proyecto. ¿Y si todo eso sirve para hacer al humano menos y a la empresa más?

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    • Julen, eso es algo que creo que ya hablamos en su día. Esa concepción de «la empresa» como una especie de «puerto seguro» que debería asumir la responsabilidad de darnos cobijo. Pero es que resulta que «la empresa» no existe. «La empresa» es un conjunto de personas, sometidas a la misma presión por vender, por subsistir, por competir… que podemos tener los profesionales a nivel individual. Podemos descargar nuestra responsabilidad, «yo lo que quiero es un sitio tranquilo, donde me paguen mes a mes», pero creo que es una ficción, es trasladar la responsabilidad a otras personas. Imagina tu caso, o el mío, o el de Maider. Contratamos a una o dos personas, para quienes somos «la empresa». Ellos esperan su nómina, su compromiso a largo plazo. Y tú sigues siendo el «profesional independiente» que ahora tiene que preocuparse no solo por su subsistencia, si no también por la de dos personas más que encima se desentienden de esa presión, porque «es cosa de la empresa». Escálalo a 10 personas, a 50, a 1000. La lógica sigue siendo la misma.

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  2. Muy jugosa la entrevista, tanto por las respuestas como por las preguntas. Gracias por tanta sabiduría concentrada.La pregunta que haces sobre los riesgos de perder el foco por la necesidad de «facturar para vivir» me parece crítica. Es una de mis grandes obsesiones porque creo en las virtudes del foco. Yo creo que hay «trabajos alimenticios» que aportan muy poco, o casi nada. No digo que Maider piense así, solo hablo de mi experiencia, pero cuando tuve que aceptar «trabajos alimenticios» era consciente de eso, de que eran «alimenticios», no les pedía más, y pocas veces conseguí aprender cosas significativas de ellos, así que me ponía en plan-zampar y nada más, para estar todo lo lleno que podía con el objetivo de poder hacer cosas super interesantes que daban poco de comer. Así estuve un montón de años, y creo que es una estrategia legítima, aunque puede desgastar. Y lo de «perder el foco», para mí, tiene un coste elevado. Uno tien que aprender a decir que no, y eso es super difícil. Dispersar las trayectorias es divertido, pero te lleva el peligro territorio de los generalistas (creo que ya diletamos sobre eso, Raul, en uno de tus posts), y no generas efectos acumulativos.

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    • Está claro que el foco es relevante. Pero también está la necesidad de facturar, y hay un montón de «tentaciones» en forma de trabajillos alimenticios, y es fácil decir «bueno, uno nada más», y luego son dos, y al final acabas totalmente desenfocado.
      También creo (y eso es algo a lo que le doy muchas vueltas últimamente) que la intensidad del foco depende también de la intensidad de la misión, del propósito, de la visión. Sospecho que el foco tiene mucho de consecuencia: cuando uno tiene clarísimo donde quiere llegar, lo que quiere hacer… es más fácil no distraerse (básicamente, ni lo consideras una opción, porque tienes «una llamada» y «haces lo que sea necesario»). Lo malo es cuando no tienes clara esa visión, o es más «racional» que «emocional». Entonces es más fácil desenfocarse.

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  3. Julen, «hacer al humano menos y a la empresa más». Tu lectura me genera reflexión, más de la que me llevó responder las preguntas de Raúl. Paradójicamente yo me siento más humana tras este salto a la «independencia». Ha sido como un rescate de mi humanidad, la que se estaba escurriendo entre los dedos de la estructura en la que yo no era.
    Amalio, entiendo que llevar pocos años en este lugar me llena la mirada de optimismo y hace que recoja aprendizajes de encargos frontera. Supongo que el tiempo irá moldeando y modulando la consideración de esos «trabajos alimenticios».

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