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La crisis que vendrá en enero

El otro día charlábamos en la comida sobre, cómo no, la crisis. Y yo sacaba un argumento que, hasta ahora, he escuchado poco: lo que viene en enero.
Las empresas, en su gran mayoría, tienen sus años fiscales vinculados con el año natural. Los planes, los objetivos, los PRESUPUESTOS… se preparan para todo el año. Centrándome en los presupuestos, lo que quiero decir es que en la mayoría de empresas los presupuestos que se están ejecutando ahora son los que se elaboraron a finales de 2007, cuando lo de «la crisis» era todavía un runrun.
Estos días estarán ya empezando en todas las empresas con el proceso de presupuestación para el año que viene. Ahora, cuando están cayendo chuzos de punta, es cuando las empresas tienen que decidir «bueno, qué, tal y como está el panorama… ¿en 2009 queremos gastar mucho o poco?». Si vosotros tuviérais (o tenéis) una empresa… ¿cuál es vuestra respuesta, visto lo visto?
Mi percepción es que, cuando llegue enero, el parón va a ser sonado. Miles de proyectos se van a paralizar, esperando «a ver si escampa». Miles de empresas se van a «retirar a sus cuarteles de invierno», reduciendo el gasto tanto como puedan; por no hablar de la Administración. El problema es que «reducir el gasto» significa directamente reducir los ingresos de sus proveedores. Hasta ahora, mal que bien (y teniendo en cuenta que sobre todo en empresas grandes los presupuestos aprobados son casi como una ley) se han ido apurando los presupuestos hechos el año pasado. Pero en enero… el grifo se va a cerrar, y de qué manera.
Curiosamente, enero es «dentro de dos meses», que es cuando según el Ministro de Trabajo la crisis debería estar finiquitada. Buf… muy optimista le veo yo al señor Corbacho.
Porque es que además yo creo que España está en las peores de las situaciones para, una vez que el mercado de crédito vuelva a la normalidad, la actividad económica recupere el pulso. Los problemas estructurales de España (concentración en sectores productivos intensivos en mano de obra no cualificada que han cerrado un ciclo, baja productividad, falta de espíritu emprendedor, poca proyección exterior, etc, etc.) siguen ahí, no han desaparecido. Cuando pase la tormenta, vamos a vernos nuestras propias miserias con toda su crudeza. Y ahí no valdrá echarle todas las culpas a «la crisis internacional».
¿Pesimista yo? Bueno, si alguien me convence de lo contrario…

16 comentarios en “La crisis que vendrá en enero”

  1. En la Administración hemos recibido una circular de «política de austeridad»; Evitar comunicación interna por mensajería, limitar los viajes y hacerlos en bajo coste, limitar llamadas que no vayan por la red de voz sobre IP, sustituyéndolas por correos, evitar la salida de coches oficiales y sustituirlas por transporte público..
    A mi todas me parecen medidas obvias, y que habría que tomar tanto en recesión como en bonanza, pero está bien que se recomienden, porque existe cierta cultura de «dinero infinito» que a mi me acojona. Lo de que no se utilicen baremos de coste – beneficio (no se pueden utilizar.. ¿cómo cuantificas el beneficio de que un ciudadano no tenga que ir a hacer cola, sino que pueda seguir un procedimiento desde casa?), sino de coste – utilidad, me mata.
    Por otra parte, en el 93 se optó por eliminar la productividad de los sueldos. Este concepto va ligado habitualmente al hecho de ir a trabajar por la tarde, y puede oscilar entre los 200€ de un nivel 20, los 600 de un nivel 28, y los 1200 de un nivel 30. Lógicamente, la gente más apegada al horario dejará / dejaremos de ir por la tarde, mientras que los puestos de más responsabilidad lo aceptarán / aceptaremos como una bajada de sueldo necesaria ante la coyuntura.
    Bueno, pues seguramente el año que viene nos impongan también esta medida, tiene toda la pinta.
    En fin, que estas medidas de ahorro de costes y de disminución de la masa salarial son el chocolate del loro frente a los grandes números que manejamos en políticas de inversión y gasto, pero creo que está bien y es lo justo empezar las reducciones en casa, en cifras que no tienen por qué repercutir en un peor servicio al ciudadano, que al final es para lo que estamos aquí.
    Joer qué político me he puesto.

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  2. Hace unos meses que hablaba con un amigo que tiene una empresa de construcción y reformas y le comentaba que si encontraba algún chollo me avisara. Me contesto que esperara hasta enero, que había muchos del sector que es cuando iban a pasarlo mal.
    Supongo que igual que ellos el resto de los sectores andará por el estilo …

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  3. Hola
    Pues si tu teoría es el «apocalipsis» en Enero, yo pienso que será en primavera cuando se acabe tocando el fondo de la «crisis» y en otoño ya si que si, no puedo imaginarme como estaremos, por que?, los miles de personas que se están quedando en paro aguantan gracias al subsidio, pero a la gran mayoría de ellos solo lo «disfrutaran» durante un año, !!espeluznante!! cuando todos estos cientos de miles de personas se queden sin recursos, el consumo retrocerá como ahora cae la Bolsa.
    Esta crisis tiene múltiples caras, pero lo que más me asusta es que perdamos los ¿20 años? de crecimiento, es decir, que vamos a acabar retrocediendo 20 años, ¿recordáis los 80?.
    Sobre lo de que no podremos echarle la culpa a la crisis internacional no se que decirte, cuando hace dos años ya sabíamos que el ladrillo no sería eterno yo confiaba en la demanda exterior para compensar el parón de la construcción, me explico. Aquí en Granada se están construyendo «aún» dos polígonos industriales inmensos excelentemente comunicados con el puerto de Motril para exportar sus manufacturas, pero ahora soy mas pesimista. Aunque no del todo, si gana Obama hasta es muy posible que la crisis internacional termine para después del verano, por eso está subiendo el dolar, y si USA va bien, Alemania avanza, y si avanza Alemania……
    Me quedan más teorías, pero esto es solo un comentario xP.
    Un saludo

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  4. Hola,
    Yo he estado trabajando hasta hace poco en una de las empresas más importante de crédito al consumo y te aseguro que llevan desde principios de año haciendo recortes en el presupuesto del año en curso, eso si los recortes de cara al 2009 deben de ser brutales.
    El problema es que si no se presta dinero es imposible que se cumplan los presupuestos, y ahora mismo en el contexto actual es muy difícil poder pedir un crédito.
    Y todo viene desde arriba, hasta que no se levanten las alfombras y se sepa cuanta basura tiene cada uno-y caiga quién tenga que caer- no volverá la confianza al mercado.

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  5. En tecnología todavía no se ha notado demasiado el tema de la crisis, pero me temo que a partir de marzo los despidos serán la nota dominante.
    ¿Por qué Marzo? Por que normalmente Enero y Febrero son meses en los que las empresas buscan los proveedores que ejecuten los proyectos que han conseguido presupuesto en el Q4 del año anterior. Y todas las empresas de servicios ‘revolotean’ para ver que pillan. Una vez sean conscientes de que no hay proyectos para todos (por Marzo…), empezarán los despidos.
    Y os aseguro que no tendremos plan de rescate en el sector de las IT. Si fuéramos la banca o la construcción, otro gallo cantaría.
    Así que si tienes un duro guardado, no lo gastes en el 2009.

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  6. Yo no le llamaría «optimismo» a lo del señor Corbacho… pero acostumbrado al resto de sandeces que llevamos oyendo desde hace meses, pues si, podemos decir que el ministro es casi tan optimista como su jefe.
    El año que viene creo que voy a «vaguear» bastante…

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  7. Cuando caen chuzos y la tormenta arrecia, sin duda alguna las empresas se pondrán a techo. Y que los políticos no nos vengan con pamplinas de que se trata de una crisis financiera, que sí lo es. España va a entrar en una profunda crisis debido a sus problemas estructurales internos, con baja productividad, inmovilismo creativo y una cultura económica basada en en ladrillo durante los últimos años.
    Recuerdo cuando Zapatero (optimista antropológico) decía en el Congreso de forma solemne: «en la próxima legislatura alcanzaremos el pleno empleo». Se trata de una gran mentira que le sirvió para ganar unas elecciones. Pero, la cruda realidad es que en esta legislatura vamos a tener y de hecho ya tenemos el mayor desempleo y la mayor tasa de inflación de la Unión Europea.
    Toca apretarse el cinturón y mucho.

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  8. que bien os veo. Los que llevamos en crisis años no estamos tan preocupados, quien nada tiene nada puede perder. Dichosos vosotros que podéis perder muchas cosas, y aún así os quejáis, si es que…

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  9. Raúl, el ministro lo que ha dicho (y es lo que pone en el enlace de El Mundo, y eso que tenía mis dudas) es que en dos meses la crisis financiera debería estar finiquitada. El matiz es realmente importante.
    Y luego está el hecho de que es obligación de un ministro lanzar mensajes optimistas, al margen de su color político.

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  10. Luis, la crisis financiera es, según ellos, la única que existe. En cuanto esté solucionado, todo el mundo (empresas y particulares) podrán seguir consiguiendo créditos y comprando y vendiendo como si aquí no pasara nada.
    Yo eso no lo veo en dos meses.
    Me parecen bien los mensajes optimistas. Lo que pasa es que es como el cuento de Pedro y el lobo.

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  11. En efecto, Consultor Anónimo, conozco varias PYMES de mi localidad que piensan apurar su existencia hasta los últimos días de diciembre de este añito y luego, ¡¡paff!! declararse en suspensión de pagos.
    Este fenómeno puramente local, multiplicado por 50, por 100, etc y sumado a todo lo comentado ¿dónde nos pone en pocos meses?
    No sé. De todas formas si estas Navidades se vuelven a agotar en las tiendas las PlayStation 3, las Wii, los iPhone y los caviares del Volga es que rematadamente somos tontos… tontos del…¡eso!

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  12. Raúl, no es así, no es la única que existe, para nadie y para el gobierno tampoco. Zapatero acaba de decir en latam que la economía española está estancada.
    Desde luego es (muy) criticable cómo ha gestionado el gobierno la llegada de la crisis, pero yo no creo que haya sido por desconocimiento o ingenuidad, simplemente por querer retrasar el pánico general lanzando mensajes optimistas.
    Por otra parte, lo gestionara como lo gestionara el gobierno, la crisis iba a llegar con muy poca diferencia en función de esa gestión… la economía actual depende bastante poco de los gobiernos nacionales.

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  13. Luis, los mensajes del Gobierno han sido hasta hace nada: «la economía española está mejor que bien», «somos la Champion’s League» «nos hemos visto afectados por una crisis internacional, pero si no de qué». Nadie se plantea cuál ha sido el modelo de crecimiento de los últimos años, qué alternativas tenemos, nadie habla de productividad, ni de competitividad, ni de sectores de futuro…
    Hay un punto torticero: retrasar el pánico general lanzando mensajes optimistas… sobre todo mientras había unas elecciones entre medias. Mientras tanto, a llamar «antipatriotas» a cualquiera que mencionase la palabra «crisis». Ahora estamos con PIB trimestral negativo… oh, vaya, ¿y esto de dónde ha salido?
    No estoy de acuerdo contigo. Es obvio que la crisis financiera internacional es un tsunami que nos afecta a todos, y que nadie podría haberla evitado. Pero aparte de eso, hay un montón de cuestiones meramente estructurales de la economía española, en la que el Gobierno de turno sí que tienen capacidad de actuación. Sin embargo, el discurso es «aquí todo lo que pasa es por la crisis internacional en la que no podemos hacer nada, pero por lo demás estamos fenomenal». Y yo creo que no es así, que tenemos muchos problemas graves a medio plazo. Y me preocupa seriamente que el Gobierno no transmita en ningún momento ser consciente de esos retos.
    En definitiva, yo pienso que de no mediar la crisis financiera internacional, España se hubiera visto abocada igualmente a una crisis: quizás más «poco a poco», pero igualmente profunda. ¿Cuántos años más se pretendían vivir a cuenta de levantar edificios, o del «sol y playa»? ¿Dónde vamos con nuestra productividad? De hecho, cuando la crisis internacional escampe, creo que veremos nuestras miserias patrias.
    Y no, no es culpa sólo de este Gobierno. El problema es que es un tema de «medio-largo plazo», que probablemente requiera lanzar mensajes y actuaciones desagradables para la población (regulación laboral, reconversión de muchos sectores industriales, etc.), y aquí lo único que cuenta es «a ver cómo llegamos al final de legislatura sin pillarnos los dedos».

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