Estos días estoy un poco alucinando con todo lo que se ha montado con la triste (¿no lo son todas?) muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta. La gente echada a la calle, los medios haciendo unas coberturas intensivas, elegías por doquier, el protagonismo en tertulias, blogs y similares…
La muerte de este chico es una lástima, por supuesto. Y hay elementos que hacen que el drama sea más «vendible» en los medios: el desmayo en directo ante las cámaras, lo joven que era, que era un canterano, la relevancia social del fútbol, el huérfano nonato que deja… todo ello detalles que contribuyen a vestir un hecho triste pero que, en mi opinión, no debería haberse convertido en un espectáculo mediático. Al fin y al cabo, es una persona que se murió y no creo que esta muerte sea más importante ni más relevante que decenas y centenares de muertes que se producen a diario y que merecerían tanta o más atención: hay gente más joven que muere víctima de enfermedades igualmente injustas o, lo que es peor, mal tratadas. Gente que muere en accidentes, o víctimas de violencia doméstica, o ateridos de frío en las calles en las que malviven, o ahogados en el alcohol y las drogas, o solos sin la compañía de ningún ser querido. Por no hablar de los que mueren en guerras injustas (¿hay alguna que sea justa?), o muertos de hambre en países olvidados, o víctimas de enfermedades desterradas en el primer mundo.
Por esos nadie pierde el tiempo, por esos nadie sale a la calle, esos no ocupan la portada de ningún informativo.
Soy consciente de que sueno demagógico, además de inoportuno. Que nadie me malinterprete: a mí también se me encoje el corazón cuando pienso en lo sucedido. Pero a veces creo que perdemos las referencias, y que invertimos las prioridades. Y que unos muertos importan más que otros.
actualidad
Nessun Dorma y Pavarotti
Al igual que me pasa con el arte, tampoco puede decirse que sea un gran conocedor de la música. Tengo buen oido, tengo sentido del ritmo y, sin mayores conocimientos, hay cosas que me gustan más y cosas que me gustan menos.
Y luego hay cosas como esta, que me ponen la piel de gallina y me dan escalofríos de arriba abajo.
Pavarotti es grande (chiste fácil). Grandioso. Fascinante. Qué voz. Y, lo que más gracia me hace, qué fácil canta. Yo, que he cantado durante una época (sí, estaba en un coro, qué pasa) y cantar cuesta un huevo. Sin embargo, Pavarotti saca un chorrazo de voz sin casi inmutarse… Sin duda tiene una extraordinaria técnica y muchos años de ensayo y de profesión, pero además es que tiene un don en su voz. Es de esos fenómenos de la naturaleza que uno no puede si no admirar y envidiar.
Leo que le han ingresado. Es un hombre que ya tiene una edad. Antes o después se nos irá. De hecho, el gran cantante posiblemente ya ha muerto, y sólo queda vivo el hombre. Pero gracias a dios, tenemos los discos y los videos.
El adios de Gomaespuma
Me lo avisaba Pepito en un comentario. También un amigo me mandó un SMS. Yo lo tenía en mente. Gomaespuma ponía fin a su etapa de las tardes en Onda Cero y abría un interrogante sobre su futuro en la radio después de 25 años.
Este es el video de los últimos minutos del último programa (espero que «de momento») de Gomaespuma. Los he tomado de su web (no es que faciliten mucho lo de compartir contenidos… espero que no les moleste que haya hecho esta captura!).
He de reconocer que se me ha escapado una lagrimita. Son muchos años teniéndoles como referencia. Hace siglos les escuchaba, en las madrugadas de Antena 3 cuando repetían su programa justo antes de la repetición de Supergarcía. Luego tuve una época gloriosa de despertarme con ellos en la Universidad cuando estaban en M80 por las mañanas, aunque también les repetían por la noche. En esta última etapa de Onda Cero, por cosas del trabajo, me resultó más difícil seguirles aunque siempre que me pillaban en el coche les sintonizaba. Queda pendiente mi idea de haberles ido a ver en directo en el estudio o en los programas que hacían por distintos sitios.
Cuando más me han enganchado no ha sido cuando han hecho humor puro (que también) sino cuando han aplicado su filtro a los comentarios de la actualidad. Porque ese filtro no estaba solamente hecho de humor, sino también de valores e ideales, de coherencia, de independencia. 25 años son muchos como para fingir, y a mí lo que me han transmitido a lo largo de estos años no es solo que sean buenos humoristas, sino que también son buena gente.
No creo que ni puedan ni que quieran retirarse. Seguirán con sus proyectos individuales y conjuntos (incluida la tienda de encurtidos y frutos secos… y de chuches!). De momento, estarán en Televisión Española. Espero que por mucho tiempo. Porque Gomaespuma es toda una marca, una institución, una forma de ver el mundo.
Gracias por estos 25 años.
Islamofascismo y basura antiamericana
Qué cosas. El otro día escribía en VayaTele sobre el lanzamiento de PressTV, una televisión por satélite en inglés pero producida en Irán. Y que como son iranís (ya se sabe, Eje del Mal, islamistas radicales que quieren destruir occidente, etc, etc…), la tendencia es a considerar que su televisión iba a ser un canal propagandístico, sin pararnos a pensar hasta qué punto «nuestras» televisiones (CNN, etc.) lo son también. Ellos defienden una cosmovisión a través de su televisión, y «nosotros»… también. Lo que pasa es que muchas veces estamos tan metidos en nuestra propia cosmovisión que nos parece que no, que los «nuestros» todo lo hacen bien (y son libres, rigurosos, no manipulan ni dirigen la opinión, no hacen propaganda, no…) y lo de «los otros» no.
Pues bien, primer comentario: «No, si es que para progres e islamofascistas el eje del mal son los USA. La nueva televisión de los ayatolás será sin duda del gusto del majadero que firma esta penosa entrada». Cuarto comentario: «No es que se trate de que unos sean buenos y otros malos, sino que unos defienden Occidente (que implica libertad y democracia) y otros quieren destruirlo. Además, esto es un blog de TV, limitaos a informar y ahorraos la basura antiamericana y antioccidental.»
Si el otro día hablaba del triste panorama político dentro de España, qué decir de esto… pues que es más de lo mismo. Resulta entristecedor a más no poder tener la sensación de que no se puede mantener una postura independiente y crítica, que no puede opinar uno desde su propio criterio, que no puede ver aciertos y fallos en todos los sitios. Se nos exige alinearnos: o a favor de unos, o a favor de otros. Hay mucha, demasiada gente, que no concibe que uno pueda estar a favor un día y en contra otro, a favor de unas cosas y en contra de otras, que no quiera alinearse ni con siglas, ni con banderas, ni con personas, ni con iconos ni con pensamientos homogéneos.
A los que pensamos así, nadie nos representa. Ningún partido, ningún periódico, ninguna televisión. Todos quieren adhesiones inquebrantables. Y por contra, cualquiera nos da cera: para los unos somos demasiado como «los otros», y para los otros somos demasiado como «los unos».
Que ajjjjco.
A la SGAE no le gusta que le llamen ladrones
O eso parece a raiz de la demanda interpuesta contra Julio Alonso. Bueno, a estas horas (2 de la mañana) ya todo el mundo se habrá enterado del asunto. A Julio le demandan por un post que escribió hace tiempo sobre el google boombing que vinculaba la palabra SGAE con ladrones. Al margen del apoyo que obviamente pueda recibir Julio por mi parte, hay varias cosas que me han llamado la atención después de leer por encima la demanda (sí, soy así de friki, ventajas de haber estado rodeado de abogados durante unos años).
Creo que el post original de Julio tenía dos elementos «discutibles» en los que no las tendría todas conmigo en un juicio:
- Cuando enlazaba la palabra ladrones a la SGAE (contribuyendo así al google bombing que pretendía ilustrar). Creo que si alguien se pone pegajoso con eso habría que darle la razón en que ese comportamiento puede afectar al honor. Y creo que Julio hizo muy bien en retirar ese enlace tras el primer burofax recibido de la SGAE.
- El titular «SGAE=ladrones». Se puede argumentar (y creo que con cierta solidez) que es un titular que pretende ilustrar lo que es un «google bombing» y que no tiene, por sí mismo, un caracter afirmativo (del estilo «los de la SGAE son unos ladrones») y por tanto difamatorio. Pero si alguien quiere verlo de forma textual, podría decir «aquí pone que SGAE es igual a ladrones, eso es difamación». Y si un juez no quiere atender a la contextualización, y toma en consideración además que ese resultado lo muestra Google… lío que te crió. Personalmente, si hubiese sido yo, igual hubiese optado por otro titular, incluso por cambiarlo a posteriori. De esta forma, nadie podría argumentarme la textualidad del mismo.
Es decir, que de las dos cosas que yo veo realmente «dudosas», una está retirada y la otra se puede argumentar desde un punto de vista contextual (aunque insisto, yo veo un riesgo por ahí).
Pero es que luego la demanda se mete en unos vericuetos curiosos, que a mi modo de ver no tienen ningún sentido, pero que habrá que ver cómo lo valoran los jueces:
- La demanda viene a afirmar que, por el hecho de enlazar a sitios donde se insulta a la SGAE, el responsable es Julio. Es decir, que si yo digo «fulanito dice que eres un sinvergüenza» es igual que «yo digo que tú eres un sinvergüenza». A mí es una postura que me parece que no tiene ni pies ni cabeza (a eso se le llama matar al mensajero, vamos) y que nadie en su sano juicio podría acusarme a mí de difamar por decir que otro te insulta…
- La demanda viene a afirmar también que, por el hecho de que en comentarios se insulte a la SGAE, el responsable es Julio. Y ahí entramos en un terreno pantanoso, en el que una sentencia desfavorable pondría patas arriba todo el sistema articulado entorno a los blogs. Es decir, que si en comentarios a mi blog alguien dice «fulanito es un ladrón»… ¿soy yo el responsable, aunque no lo haya dicho yo? ¿Qué va a pasar entonces, tendremos que moderar todos los comentarios? ¿Tendremos que exigir fotocopia del DNI para comentar, de forma que quede claro que la opinión pertenece a Fulanito de Tal, con DNI X, y que él es el responsable? Para mí desde luego no tiene ningún sentido que me hagan a mí responsable de lo que opinan otros, pero tampoco tengo todas conmigo de que un juez lo vea igual que yo… al fin y al cabo, la página es mía… (y leyendo más en profundidad la demanda, y viendo la jurisprudencia al respecto… uffffff….)
En fin, que se presenta un caso más que interesante. Francamente, no lo veo del todo claro, de hecho lo veo un poco oscuro. A Julio le pueden «pillar» por un par de sitios. Seguro que Julio contará con el mejor asesoramiento posible (me encantará conocer los argumentos de la parte defendiente), además de con el apoyo de mucha gente. Pero para hacer honor a la verdad, la demanda parece bastante sólida si atendemos a criterios de derecho… en fin, a ver qué dicen los jueces.
De todas formas, y hablando en términos generales (y con esto quiero decir de forma expresa, potenciales abogados de la SGAE con ganas de demandarme, que no me refiero en concreto a la SGAE, es decir, que no tengo una intención difamatoria ni pretendo realizar una intromisión en el honor de la SGAE), creo que si no te gusta que te llamen algo, lo mejor es empezar por no hacer cosas que puedan merecer ese calificativo. Ya dice el refrán eso de «cuando el río suena… agua lleva».
En todo caso, esto viene a corroborar algo que comentaba esta tarde con unos cuantos bloggers: que muchas veces (en el mundo de los blogs y también fuera de ellos) actuamos con cierta despreocupación respecto a las leyes, confiando en la buena fe de todo el mundo… pero que si a alguien le da por gastar tiempo y dinero en hacer que se cumpla la ley de forma rigurosa vía demanda, en muchos casos veríamos que estamos incurriendo en muchos riesgos legales…
La gestión reactiva de las entidades financieras
Estoy un tanto molesto. Como ya he contado, hemos vendido nuestro antiguo piso. De hecho, firmaremos las escrituras la semana que viene. Hoy he llamado a la sucursal de la entidad donde tengo el préstamo hipotecario, para pedirles que preparen el certificado de deuda pendiente que es necesario para la cancelación del préstamo y de la hipoteca. Y me han «echado la bronca».
Que si no había ofrecido a los compradores la posibilidad de subrogarse. Que si «cómo se me ocurre» (poco menos que soy tonto), que así ellos van a perder negocio. Pasada esa primera oleada, me dicen que si necesito una nueva hipoteca (no, de momento no). Que qué quiero hacer con la plusvalía, que si me pueden ofrecer algún producto… así que cuando les he dicho que voy a dejar de trabajar con ellos (porque no tienen cobertura en donde vivo ahora), ya han dicho «vaya, es una pena».
Eso la chica que me ha atendido. Porque al de cinco minutos (¡cuánto has corrido esta vez, majo!) me ha llamado el director. Nueva «bronca», y presión (los bancarios son los nuevos charlatanes de feria… hablan mucho, te cuentan mil batallas… lo importante es que firmes) para que llame al comprador para ofrecerle la subrogación del préstamo. Que «ganamos todos», dice… que «lo normal es subrogarse»… que «cómo es que no nos has llamado antes»… que «yo a mi hermana en vez de darle la hipoteca yo le recomendé que se subrogase con la de otra entidad»…
Soy cliente desde 1994. Cliente casi cautivo desde 2002: préstamo hipotecario, nóminas, tarjetas, seguros, todo. En cinco años no he recibido ni una sola llamada de ellos, si no es para solventar problemas burocráticos (causados por ellos, además – un certificado que perdieron y que nos reclamaban como si nunca hubiésemos entregado). Cuando les llamé para que nos sentásemos a revisar las condiciones del préstamo (un euribor + 0,7 empezaba a estar bastante fuera de mercado), me trataron como a un tonto («hombre, es pronto… tus condiciones son muy buenas… si al final te va a costar más que lo que te ahorres… en unos meses lo hablamos»… cosa que no pasó nunca, claro). Cuando abrieron una oficina al lado de mi casa y quise que me facilitasen la vida trasladando las gestiones a esa sucursal, me dijeron que lo sentían pero que mi sucursal era en la que tenía el préstamo y que no se podía cambiar. Vamos, que he sido para ellos el cliente perfecto: puntual pagador, cuatro o cinco visitas a la sucursal en todo este tiempo, y cuando he ido a pedirles algo han pasado de mí y yo no he protestado.
Me frustra. Casi aceptaría mejor que hubiesen sido «pasotas» todo el tiempo. Lo que me molesta en realidad es que hayan sido tan «pasotas» cuando a ellos les iba bien (mira, este cliente tiene el préstamo al euribor + 0,7… nos hacemos los suecos mientras podamos y eso que ganamos…, encima tiene todo el dinero en efectivo en cuenta corriente… no le vamos a llamar para ofrecerle más rendimiento, ¿no?… uy, que llama para resolver un problema… vamos a darle largas…). Eso sí, cuando han visto que perdían préstamo hipotecario, cliente y todo… han corrido que perdían el culo. Y encima para «echarme la bronca».
Pues haberme cuidado antes, quizás yo ahora me preocuparía de cuidaros a vosotros. ¿Que eso supone asumir unos gastos de cancelación de hipoteca? Pues asumidos están.
El futuro del planeta
Yo no creo que lo consigamos…
Está bien reciclar vidrio, utilizar biocombustibles y afiliarse a Greenpeace, pero no es suficiente. El futuro del planeta depende del consumo, de nuestra forma de vida, de qué entendemos por desarrollo. Mientras consideremos calidad de vida cambiar de coche cada dos años, comprar en grandes almacenes, poner el aire acondicionado a tope, vestir a la última y derrochar (en el sentido más amplio de la palabra), no habrá futuro. El futuro es gastar menos, disfrutar de una vida más sencilla, despreciar el poder y el exceso de posesiones, buscar el equilibrio personal por encima del estatus, apostar por la naturaleza, por la lentitud, por las pequeñas cosas, por los demás.
Que paren el mundo…
Llegaba vía Ti&Tac a esta presentación sobre el cambio
Este es otro de los recursos que usábamos en la época de consultoría: una presentación inicial de «impacto» que hiciese reflexionar a los asistentes y ponerles la mente a funcionar…
Pero reconozco que me agobia. Ver tantos datos, la magnitud de todo lo que tenemos alrededor, la cantidad de información que está a nuestro alcance, lo inabarcable de todo… me sobrepasa. Creo que todo tiene que ser más fácil. Sí, es verdad todo lo que se dice en la presentación. Pero también es verdad que al final, cuando disfrutamos de verdad, es con las cosas sencillas, las de toda la vida: una larga conversación con un amigo, un paseo junto al río, o el silencio junto a la persona amada. Y eso seguro que también les pasa a los chinos.
Que paren el mundo, que yo me apeo…