Ayer estuve en Oñati… y menudo viaje. Había quedado entre 9:30-10 (la charla empezaba a las 11) para bueno, tener la oportunidad de conocer a mis compañeros de mesa, charlar un rato, montar la instalación… en fin, para no andar con prisas. En teoría, desde Aranda calculaba 2 horas y media de viaje. Así que decidí salir a las 6:30; de esta forma llegaría sobre las 9, con tiempo de sobra incluso sobre la hora más prudente. No importa, si me sobra tiempo paro a tomar un cafecito, pero mejor que sobre tiempo por si acaso…
¡Menos mal! Para empezar, las condiciones meteorológicas se pusieron muy tontas. Alrededor de Vitoria caía una intensa nevada, tanto que lo más prudente fue, durante un buen rato, ponerse todos en fila india (a ser posible detrás de camiones) a 60-70 km/h. «Bueno, no importa, me sobra tiempo».
Y luego… me equivoqué de ruta. En teoría desde Vitoria debería haber cogido la AP-1 hasta Mondragón-Oñati. Pero yo había llegado en mi mente a la conclusión «AP-1 es la N-1 de toda la vida». Así que yo seguí las indicaciones de la N-1… ya cuando entré en Navarra me dije «mmm… ¿de verdad hay que entrar en Navarra para llegar a Mondragón?» Pero oye, ponía N-1 por todos los sitios. Volví a entrar en Guipuzcoa y bueno, oye, Andoain, Tolosa… «no me suena que hubiera que pasar por aquí, pero bueno, sin duda esto es la Guipuzcoa industrial». A cada kilómetro aumentaba mi inquietud: «25 km. para Donosti… yo juraría que Mondragón no está tan cerca de Donosti». Total, que cuando decidí parar a mirar el mapa (no, no tengo GPS), estaba ya en Beasain, a las puertas de Donosti. Las 9:30. ¡Mecagüenlaleche!
Bueno, menos mal que voy con tiempo. Llamé al responsable en ULMA para comentarle que llegaría un poco más apurado de lo normal. En primera instancia pensé en darme la vuelta para enlazar con Bergara un poco más atrás, pero me dijo «ya casi mejor pillas la autopista, o si quieres incluso por la nacional». Pues nada, por la nacional hacia Orio… y camiones… y pueblos… y curvas… y cuestas… y los minutos iban pasando, las 10:10 y todavía me quedaba un trecho. ¡Que no llego! Así que en cuanto pude agarré la autopista y corrí como alma que lleva el diablo hasta la salida de Bergara-Arrasate, luego llega hasta Oñati, localiza el sitio… menos mal que me dieron indicaciones precisas, porque llegué 20 minutos antes de las 11, con el corazón desbocado, después de haber recorrido media Guipuzcoa.
Gracias a que habíamos quedado con un buen colchón antes de la charla, y gracias a que yo añadí un colchón adicional por precaución, llegué a tiempo (aunque dando un plantón a mis anfitriones y compañeros, cosa que lamento; y hubiera sido mejor llegar antes para poder solucionar una serie de imprevistos técnicos que surgieron y que hicieron que se retrasase 20 minutos más el inicio de la charla… pero bueno, visto cómo se puso la cosa, ni tan mal).
En fin, lo que viene a demostrar esta batallita es que cuando las cosas dan por torcerse, se tuercen (mal tiempo, equivocarse de camino, que no funcionen las cosas cuando las conectas…). Y que lo mejor es ser previsor, por si las moscas.
viajes
Rumbo al EBE08
Pues ya no queda nada. Esta tarde a hacer la mini-maleta (sin ordenador ni nada que se le parezca: el móvil como único artefacto), y mañana tempranito a emprender viaje. Aranda tiene sus inconvenientes (bus a las 8’30 para poder coger el AVE de las 12’00 y llegar a Sevilla a las 14’30), pero también disfruto de ir mirando por la ventana, para variar.
Y a Sevilla, a disfrutar del Evento Blog España en esta edición 2008, esperando que sea tan estupenda como lo fue la del año pasado (tanto en lo referente al propio evento como en su dimensión social).
Si estáis por allí, ¡nos vemos! Estaré localizable vía twitter y vía mail, espero rencontrarme con mucha gente conocida, y también poner cara a muchos conocidos «virtuales», y conocer a desconocidos… en fin, es un poco abrumador a priori, pero la experiencia me dice que luego es ir hilando conversación tras conversación hasta que el domingo te metes en el tren, completamente agotado, pero encantado del viaje.
PD.- El video es del amigo Roger, y se titula «¿Dónde estabas entonces?»… título que le sugerí yo y que me ha hecho acreedor de un maravilloso twitter analógico 😀
VideoViajero, viajes y videos en un blog

Y un nuevo proyecto, esta vez de corte personal. Se llama VideoViajero y es el nuevo integrante de «mi red de blogs» (que ni es una red ni es ná, pero al final me junto con 3 o 4 cosas… ). La idea es sencilla: son millones los turistas que cada año van a visitar distintos sitios, y a día de hoy el porcentaje que lo hace con una cámara de video en la mano es muy elevado. La mayoría de ellos, cuando vuelven a casa, enseñan ese video a sus amigos y familiares, y lo guardan en algún cajón. Pero poco a poco va creciendo el número de personas que deciden colgar sus videos en internet para que otros los podamos ver.
Así que el objetivo de VideoViajero es recopilar esos videos, tratando de separar el grano de la paja, y ofrecer así un muestrario de lo que se puede ver por el mundo a través de las cámaras de otros.
Además, mi idea es complementar los videos con enlaces relevantes y, gracias a Tagzania, con la geolocalización de los espacios mostrados en los videos (tanto puntos concretos como rutas) de forma que ayude a quien quiera emular lo que salga en el video.
De momento, claro, hay poquito. Salamanca, Bilbao, Madrid y Aranda de Duero, los sitios donde he vivido, los más fáciles de cribar a priori. Pero espero ir añadiendo contenido poco a poco, y con la ayuda de los lectores ir seleccionando buenos videos.
Recorriendo las Arribes del Duero
Estas vacaciones, aparte de gorronear casas familiares durante casi todo el mes, también estuvimos cuatro días de turismo rural por una zona que, pese a haberla tenido cerquita, no había explorado en profundidad. Las Arribes del Duero se llama a toda la zona marcada por un protagonista indiscutible, el río Duero, que desde que toma orientación sur en Salto de Castro hasta que retoma dirección oeste en La Fregeneda marca la frontera natural entre España y Portugal, discurriendo encajonado entre altos muros de piedra y salpicado de saltos hidráulicos.
Nuestra sede de operaciones era Mieza, donde estuvimos en una casa rural muy agradable llamada «El Mirador de la Code». El pueblo no tiene gran cosa (aunque aún impresiona eso de ver mujeres lavando en el lavadero…), un pueblo tranquilo sin duda. Lo mejor es que a su alrededor hay unos cuantos senderos que permiten acceder a miradores espectaculares sobre el río Duero, como el propio Mirador de la Code.
Desde allí recorrimos arriba y abajo la zona, subiendo al castillo de Vilvestre y bajando a su embarcadero, pasando por el salto de Saucelle hacia Portugal para ver Freixo de Espada à Cinta (también con su playa-embarcadero), Barca d’Alva, La Fregeneda… incluso llegamos a bajar a Ciudad Rodrigo (por una carretera infernal… mala y en obras). Otro día lo dedicamos a una pequeña y deliciosa excursión en barco (da gusto cuando el guía de algo es alguien que entiende y habla con pasión de lo que está viendo) por el Duero que nos llevó desde la Playa del Rostro (una bonita playa fluvial) a las mismas puertas de la presa de Aldeadávila.
Ese día aprovechamos también para ir hacia el norte vía Pereña, Villarino… para cruzar en Fermoselle de nuevo hacia Portugal y acercarnos hasta Miranda do Douro (sí, cayó un chándal… hay cosas que nunca cambian). También pasamos por la impresionante presa de La Almendra, es toda una experiencia estar en lo alto y mirar hacia un lado donde el agua embalsada del Tormes forma una bonita estampa, y mirar hacia el otro y ver decenas de metros de desnivel.
En definitiva, una zona muy recomendable para ver, con paisajes espectaculares, vistas preciosas, naturaleza, algunos pueblecitos pintorescos… y el río Duero de constante protagonista. Eso sí, no es una zona muy recomendada para propensos al mareo: cada vez que uno sube y baja a las orillas del Duero (para ver un embarcadero, para pasar al otro país…) tiene que salvar un curioso desnivel a base de curvas y contracurvas en carreteras estrechitas…