Tras un periodo más o menos largo de relativa estabilidad profesional, vuelvo a enfrentarme a uno de mis temas recurrentes: el de»cómo definirme», el de «cómo presentarme». Los más viejos del lugar recordaréis que es algo que he tratado en el pasado (de hecho, ¡desde el primer mes de blog!), que cada X meses sentía esa inquietud sobre cómo reflejar mi yo «polímata» y si era posible reducirlo a un nombre. Incluso llegué a preguntar cómo me veían los demás a ver si por ahí sacaba algo en claro.
El otro día charlaba con un compañero que estaba un poco en esa misma tesitura… «¿Qué pongo en mis tarjetas de visita?». En ese momento lo vi claro… «¿por qué no lo ponemos todo?». Porque eso es lo que somos. Es imposible que cualquier simplificación nos haga justicia, y en el camino perderemos muchos matices relevantes.
Así que planteé (para él, y para mí) lo siguiente: hagamos un brainstorming en el que pongamos todas las características que creamos que nos definen. Áreas de interés, valores, rasgos de la personalidad… nos salieron decenas de palabras. Intentemos agruparlos/simplificarlos, pero solo hasta donde tenga sentido; a lo mejor pasamos de 90 a 60, pero lo importante es no dejar fuera ningún matiz que nos parezca importante. ¿Somos capaces, además, de establecer una cierta jerarquía entre ellos? ¿De separar los «esenciales» de los «complementarios»? Hagamoslo también.
Y para poder mostrar este batiburrillo, recurrí a la «nube de tags» o nube de etiquetas, una interesante representación visual de texto jerarquizado, donde una serie de conceptos «pesan más» (aquellos que has definido como más relevantes) y otros «menos» (pero ahí están). El que quiera quedarse con lo esencial, se fija en las «letras gordas». El que quiera bucear en los matices, a la letra más pequeña.
Me gustó el ejercicio. Me sentí representado, mucho más de lo que me he sentido por otras vías. Tanto, que voy a empezar a usar mi «nube de tags» para identificarme. Porque «lo que soy» son muchas cosas, entre las que creo que tienen mucha importancia el «cómo soy». Es más, esta nube de tags representa a quien yo soy a día de hoy (o creo ser; que siempre hay una distorsión entre lo que uno cree que es y lo que los demás perciben)… y es muy posible que a lo largo del tiempo (semanas, meses, años) vaya variando; posiblemente no en lo esencial, pero si puliendo matices, añadiendo o eliminando áreas de interés, etc.
Seguramente sea un enfoque confuso para muchas personas, acostumbrados como estamos a «encajonarnos» en clasificaciones cerradas. Pero yo ya me cansé de intentar definirme en dos o tres palabras; son demasiado pocas.
Me pasó algo parecido cuando quise rellenar la pestaña «Acerca de» de mi web. Mi solución fue un lío de flechas, aunque con éste quedan fuera muchas cosas acerca de cómo soy. Pero algo hay que dejar fuera, o podemos llegar a escribir la Biblia con tantos matices. Al final todos somos lo mismo, nubes de cosas variadas y múltiples. Lo bueno es darse cuenta de esto y tenerlas en cuenta a todas, pecar de simplificarse y definirse en base a un solo criterio nos limita y nos quita visión sobre lo que podemos hacer a continuación con todos estos ingredientes.