Esto me pasa… por tocar lo que funciona!!
Bueno, el hecho es que me da rabia que muchos comentarios tengan que ser «Anonymous» porque el sistema de Blogger no es nada flexible en este sentido y, o tienes una cuenta en Blogger, o est�s fatal.
Y (es l�gico) los que comentais tampoco vais a estar tooooodo el rato poniendo quienes sois.
El hecho es que, aunque m�s o menos intuyo qui�n es qui�n por el tono de los comentarios y dem�s, a veces me da rabia no saber qui�n est� diciendo qu�.
Entre esto, y una recomendaci�n que me hizo alguien (�Antonio Toca?) sobre Haloscan, he ido a ponerme este sistema de comentarios…. con �xito relativo:
a) Tiene un sistema de instalaci�n autom�tica en Blogger. Estupendo, todo muy f�cil, pero…
b) Primera sorpresa: Haloscan no «repesca» los comentarios ya escritos en Blogger. Conclusi�n, pierdo (perdemos) casi dos meses de interesantes comentarios… y como tampoco voy a pasarlos a mano, pues una putadilla.
c) Voy a revertir la instalaci�n (se supone que me ha guardado un bakcup del template)… y no encuentro forma!!!
d) Al final (menos mal que soy manitas) he reinstalado el c�digo de los comentarios de Blogger «a pelo». Lo del Trackback no lo he hecho, pero teniendo en cuenta que no acabo de saber muy bien qu� es ni para qu� sirve… pues me da igual.
e) La experiencia Haloscan no me ha gustado mucho. No solo por estos «problemillas», sino sus limitaciones intr�nsecas (l�mite de palabras por comentario, l�mite de comentarios guardados a lo largo del tiempo, etc.) y por el tono general que tienen de «oye, esto te lo estoy dando gratis, no exijas encima». Si dan un servicio gratis es su decisi�n, pero no es una excusa para no esforzarse al m�ximo en darlo.
En definitiva, que vuelvo al sistema Blogger. Sigo lamentando no saber de qui�n es cada comentario, por lo que os pedir�a una de dos: o que os hagais una cuenta Blogger (� facile e divertente) o que pongais al final del post «soy yo». Que es por «personalizar» las conversaciones un poco…
Gracias por vuestra comprensi�n!!!
El éxito
Hoy voy a traer una cita de Whit Hobbs, que no conoc�a (aunque Google me dice que es bastante famosa) , y a la que he llegado a trav�s de un art�culo de Beatriz Valderrama, de AltaCapacidad, y que viene publicado en el �ltimo n�mero de Training&Development (editada por Griker-Orgemer).
«El �xito es despertar por la ma�ana, quienquiera que seas, dondequiera que est�s, joven o viejo, y saltar de la cama porque hay algo que te gusta hacer, en lo que crees, para lo que eres bueno. Algo que es m�s grande que t� y que dificilmente puedes esperar para retomarlo hoy.»
Y digo yo, bajo esta perspectiva… �qui�n puede decir que ha alcanzado el �xito? A mi, desde luego, me gustar�a poder decirlo…
Esto contrasta con una imagen que vi ayer, y que me hizo reflexionar. Eran las 11 de la noche, volv�a a casa en el autob�s. A mi lado, pas� un flamante BMW deportivo (un Z4, por lo visto), conducido por un chico razonablemente joven. A juzgar por el cochazo y por la edad, podr�a decirse que se trataba de una persona «de �xito». Sin embargo… ah� estaba, volviendo a su casa a las 11 de la noche, con la misma cara de agotamiento/hast�o que muchos llevaban (llev�bamos) en el autob�s… s�, �l en un BMW, pero �eso compensa?
�D�nde est� el �xito entonces? Pues eso, lo que dice Mr. Hobbs.
Benchmarking vs. Ombligismo
Extra�do (una vez m�s) de El Mundo, en relaci�n con el atentado de hoy en Madrid. Son testimonios de personas que han vivido la explosi�n de cerca:
M� Paula y Catalina, becarias colombianas de Wanadoo. Lo que m�s les ha llamado la atenci�n es el «descontrol de la Polic�a» y la inexistencia «de un protocolo de evacuaci�n». Cuentan que en su pa�s, muy acostumbrado a los atentados, lo primero que prohiben los agentes de seguridad es utilizar el tel�fono m�vil, por si el artefacto se activara a trav�s de este dispositivo.
El benchmarking es una herramienta muy necesaria. Saber c�mo se hacen las cosas en otros sitios que se encuentran en situaci�n similar a la de uno mismo permite aprender cosas nuevas, mejorar.
Frente a la sana costumbre de saber qu� hacen los dem�s y de pensar que puede que a otros se les ocurran buenas ideas, est� la t�ctica del ombliguismo: pensar que nosotros ya lo hacemos todo tan bien como es posible, que para eso llevamos en este «negocio» todos estos a�os. Los dem�s… �qu� van a aportarnos, pobrecitos?
El tema me lo ha sugerido la reflexi�n de estas chicas colombianas. Parece que en materia de terrorismo, con el que desgraciadamente llevamos lidiando tantos a�os, somos los reyes. Y sin embargo, est� claro que hay lecciones que aprender de otros…
Creo que los paralelismos con la vida empresarial son f�ciles de establecer. Cierto es que en materia de seguridad no hay «competencia» (lo cual hace m�s sangrante que no exista la colaboraci�n necesaria entre los distintos pa�ses y fuerzas de seguridad), y en las empresas s�. Sin embargo, esto no es m�s que un factor que a�ade dificultad a la realizaci�n del benchmarking , pero no invalida en absoluto su potencial ni el inter�s del concepto que subyace : que es posible que otros hagan cosas mejor que nosotros, y que m�s nos vale enterarnos cuanto antes en vez de dormirnos en los laureles pensando que somos los que mejor hacemos todo en el mundo mundial.
La falta de presupuesto sentencia a muerte al telescopio 'Hubble'
Leo esta noticia en El Mundo
Resulta que el Hubble es uno de las herramientas m�s poderosas con las que ha contado el ser humano para afinar la comprensi�n del universo. Una maravilla cient�fica y tecnol�gica, capaz de ampliar los l�mites del conocimiento humano. Y sin embargo… no hay fondos para �l.
Por el contrario… �a qu� se dedican los fondos? La respuesta est� en mente de todos. Por supuesto que tambi�n a cosas loables, pero gran parte de los fondos que podr�an salvar al Hubble se dedican a cosas tan terribles como nuevos armamentos que maten m�s y en menos tiempo. Dicen los americanos que mantener el Hubble supone muchos riesgos… y sin embargo, invertir en la muerte cierta de personas no se considera un riesgo. Qu� despersonificaci�n, por dios, los astronautas son hipervaliosos, los objetivos de las bombas son meros mu�ecos.
En fin, que me desv�o. El motivo por el que traigo a colaci�n este tema es que en las empresas no es raro (m�s bien al contrario) ver como la lucha presupuestaria ahoga proyectos interesantes, susceptibles de aportar valor (pese al riesgo que puedan entra�ar) para financiar otros proyectos cuando menos cuestionables, como puede ser la construcci�n de una nueva y modern�sima sede corporativa, el mantenimiento de estructuras ineficientes y tantas y tantas otras cosas.
Con ser malo, lo peor no es que no se aborden proyectos interesantes, sino que muchas veces (como en el caso del pobre Hubble) se retira la financiaci�n a proyectos en los que ya se ha invertido mucho dinero y mucho esfuerzo, dejando que mueran a costa de los beneficios de la empresa (�alguien recuerda alguna implantaci�n de ERP, CRM… fallida?) en vez de perseverar en la consecuci�n de sus potenciales aportaciones.
Pero bueno, es m�s f�cil ser conservador que innovador, dejarse vencer por la resistencia al cambio que luchar contra ella…
El PowerPoint
A Microsoft se le pueden achacar muchas cosas, pero no se le puede negar la capacidad de transformar en est�ndares sus aplicaciones….
El Powerpoint es «la» herramienta del consultor. Con ella se hacen la mayor�a de los documentos y de las presentaciones. �Por qu�? Porque es f�cil de usar (salvo que alguien me contradiga, se pueden empezar a hacer «cosillas» en muy poco tiempo), razonablemente vers�til y genera unos productos suficientemente llamativos.
Empleo estos adverbios porque soy consciente de que hay herramientas que generan productos m�s llamativos o que pueden ser m�s vers�tiles. Sin embargo, creo que PowerPoint mezcla una cantidad razonable de todos esos ingredientes y la pone al servicio de cualquier usuario.
�Y la productividad que genera? No hay m�s que recordar los informes de consultor�a de no hace tanto, pongamos 15 a�os; escritos a m�quina, con gr�ficos hechos a base de —- y , con cero atractivo visual… por no hablar de las dificultades para corregir o reaprovechar contenidos…
Naturalmente, todo tiene su contrapartida. El Powerpoint (en general, toda la ofim�tica) ha facilitado el «reciclaje» de documentos, provocando la ausencia de innovaci�n (en contenido y continente) que ya he rese�ado en alguna ocasi�n. Tambi�n es susceptible de ser mal usada: todos recordaremos presentaciones en Powerpoint que son puro texto (�para qu� est�n los procesadores de textos?), los abusos en las animaciones y transiciones (que pueden llegar a hacer insufrible una presentaci�n), o los gr�ficos que, de tan complejos, acaban siendo ininteligibles.
Aun as�, la culpa en esos casos (como suele ser habitual) no es de la herramienta: ��es del que la usa!!
El peso de la experiencia
Es evidente que una de las armas principales con la que cuenta un consultor, por encima de metodolog�as y dem�s, es su experiencia. De hecho, el modelo organizativo de las consultoras est� basado en esa premisa, a mayor experiencia, mayor responsabilidad… y mayor sueldo, habitualmente.
Sin embargo, este modelo basado en la experiencia para mi tiene algunos puntos negros:
– La experiencia acumulada va dejando de ser aplicable: cuando uno consigue cierta experiencia t�cnica, tiene que abandonar el campo t�cnico para asumir la gesti�n de un equipo, o un cliente, en la que la experiencia t�cnica le sirve de algo, pero no de mucho. Cuando uno acumula experiencia gestionando equipos y/o clientes, pasa a asumir la gesti�n de un �rea o un sector, olvidando la gesti�n de equipos en el d�a a d�a y enfrent�ndose, de nuevo, a retos en los que la experiencia acumulada no es aprovechada al 100%. En definitiva, la carrera profesional del consultor es una suma de experiencias que, cuando llega el momento de ser aprovechadas, resulta que no sirven porque hay que enfrentarse a responsabilidades distintas para las que la experiencia anterior no certifica que se est� preparado ni que se vaya a tener �xito.
– La experiencia es un intangible. Es dif�cilmente transmisible si no es a trav�s de un contacto permanente con la persona experimentada. Los intentos de trasladar experiencias a metodolog�as degradan, en mi opini�n, esa experiencia. Las metodolog�as se convierten en «guiaburros» que impiden que quienes las siguen aprendan qu� hay detr�s, se planteen los porqu�s de las cosas, y de esta forma se perjudica su propia adquisici�n de experiencia y se degrada el servicio prestado.
– La experiencia es cada vez menos relevante. En un mundo en constante movimiento, la capacidad de razonar, de analizar, de elaborar soluciones complejas… es mucho m�s importante que una experiencia que est� basada en circunstancias pasadas que no se repiten. En este sentido, la experiencia puede suponer m�s una traba (provocando que se intenten abordar problemas «como siempre se ha hecho» y dejando al margen soluciones innovadoras) que una ventaja.
En cualquier caso, a pesar de lo dicho, la experiencia es un grado. Y como bien dice el refr�n, «m�s sabe el diablo por viejo que por diablo».
Mi visión del Blog y Empresa
La cita tuvo lugar ayer tarde, con gran �xito de p�blico.
La charla se desarroll� de forma muy �gil, tanto en las presentaciones de los conferenciantes como en la discusi�n posterior. Por cierto, que la calidad comunicativa de los conferenciantes result� para m� muy destacable: Loic Lemeur por su dinamismo, Julio Alonso por su enfoque estructurado, Juan Varela por su frescura y claridad… en fin, que fue una excelente oportunidad de escuchar a gente que est� metida en esto.
Tambi�n tuvo su «gracia» el poner cara, voz, gestos… a gente que te dedicas a leer en la blogosfera. Agradecer especialmente al Sr. Mart�nez que se acerc� a saludarme y con quien charl� brevemente. Salimos as� del anonimato tanto �l como yo, pero mejor lo mantenemos en la esfera privada…
�Los highlights?
> Los blogs como herramienta, pero lo que importa es el contenido.
> El fen�meno blog, imparable: no tanto por los blogs en s� mismo, sino por el concepto que introducen de que cualquier persona con acceso a internet puede hacer, de forma barata, sencilla e inmediata, que su voz se oiga en cualquier parte del mundo.
> La utilidad para la empresa depende de hasta qu� punto «se crean» que la voz de sus empleados, clientes, etc. es importante. Si no lo creen… que no usen blogs porque se volver�n contra ellos.
> Los blogs como medio para fomentar el poder del consumidor, y por lo tanto como elemento a «vigilar» por parte de las empresas (no pueden simplemente ignorarlos)
> Los blogs como elemento de activismo (pol�tico, econ�mico…) seg�n Juan Varela
> Es imposible hacer negocio con blogs en castellano (Alberto Knapp dixit)
> Las redes sociales como fuente principal de discriminaci�n en la sobreinformaci�n de la blogosfera
> La continuidad y el rigor como elementos necesarios, no suficientes, de consolidaci�n de los blogs.
> Los comentarios como generadores de valor de contenido de los blogs.
Estos fueron para mi las principales conclusiones de lo que all� se trat�. No est� mal…
Blogs y empresa
Hoy me voy a quitar el sombrero de consultor y me voy a poner el sombrero de blogger, ya que si nada se tuerce asistir� esta tarde a la mesa redonda «Blogs y empresa» que se celebra en el Instituto de Empresa (m�s informaci�n, por ejemplo, en el blog de Julio Alonso)
La cultura de los monos
Todo un cl�sico…
Metieron a cinco monos en una jaula, con una escalera en el centro y, sobre ella, un mont�n de pl�tanos. Cuando un mono intentaba subir la escalera para coger la fruta, se lanzaba un chorro de agua fr�a sobre los que permanec�an en el suelo. Pasado alg�n tiempo no hicieron falta m�s chorros de agua fr�a, los propios monos arremet�an a golpes contra el que intentaba alcanzar las bananas. Se sustituy� a uno de los monos. Lo primero que hizo fue lanzarse a la escalera, inmediatamente fue apaleado por los otros monos. Un segundo mono fue sustituido, ocurri� lo mismo y el primer sustituto particip� con entusiasmo en las palizas al novato. Un tercero fue cambiado, y el hecho se repiti�. Finalmente, el �ltimo de los veteranos fue sustituido, quedando un grupo de cinco monos que, a�n cuando nunca hab�an recibido un ba�o de agua fr�a, continuaban golpeando a aquel que intentaba llegar a las bananas. Si hubiera sido posible preguntar a alguno de ellos por qu� pegaban al que intentaba llegar a las bananas, con certeza la respuesta ser�a: «No s�, aqu� las cosas siempre se han hecho as�».
Esta historia se suele contar cuando se habla de cultura empresarial… y da que pensar, �no? �Cu�ntas veces somos nosotros igualitos que los monos?
Sabiduría convencional
Voy a citar a J.K.Galbraith, uno de los grandes pensadores econ�micos del siglo XX, en concreto de una recientemente editada recopilaci�n de art�culos llamado «Galbraith«:
«La vida econ�mica, como toda otra forma de vida social, no se adapta a un patr�n sencillo y coherente. Por el contrario, se nos antoja con frecuencia incoherente, poco desarrollada y decepcionante desde el punto de vista intelectual. Pero uno necesita una explicaci�n o interpretaci�n de la conducta econ�mica…[]»
«Debido a que los fen�menos econ�micos y sociales son tan arcanos, o al menos as� lo parecen, y debido a que son susceptibles de escasas verificaciones convincentes, el individuo puede permitirse un lujo que no encuentra en los fen�menos f�sicos. Le es dado creer lo que quiera dentro de los amplios l�mites y sostener sobre este mundo el punto de vista que m�s agradable le resulte o m�s de acuerdo est� con su propio gusto… []»
«Los p�blicos de todas las condiciones aplauden con m�s vigor lo que resulta m�s agradable. Y para la influencia del discurso social cuenta mucho m�s la prueba de la adhesi�n p�blica que la piedra de toque de la verdad.»
Lo que viene a resaltar Galbraith en este art�culo es que en materia social/econ�mica, donde la comprobaci�n emp�rica de la verdad es cuanto menos dif�cil si no imposible, «la verdad» generalmente aceptada (lo que denomina «sabidur�a convencional») tiende a ser la m�s agradable de escuchar, y es sostenida hasta que la tozuda realidad la acaba desmontando (y creando, posteriormente, un nuevo cuerpo de «sabidur�a convencional»)
�Cu�nta «sabidur�a convencional» hay en el mundo de los negocios? �Cu�nto discurso de consultor se adhiere a dicha «sabidur�a convencional», en vez de buscar explicaciones/soluciones m�s arriesgadas e innovadoras, con el �nico fin de agradar los o�dos de quien le paga? �Cu�nto tardar� la realidad en hacer que se desmorone este conjunto de verdades generalmente aceptadas? Y… �qu� pasar� entonces?