El viernes por la tarde estuve haciendo uno de mis cursos de sensibilización y formación 2.0 . Tenía cierta inquietud, al fin y al cabo era el primero de los cursos con el formato de 4 horas que hacía. ¿Gustaría? ¿Estarían bien ajustados los tiempos? ¿Funcionarían bien las actividades que planteaba? ¿Resultaría entretenido, útil? ¿Se haría largo? ¿Quedaría demasiado superficial, o por el contrario, demasiado profundo?
A parte de las sensaciones que uno pudiera sacar «en vivo y en directo», pasé al final del curso una hoja de evaluación (algo que me parece imprescindible cuando uno imparte sesiones de formación: es la forma de captar el feedback estructurado de los asistentes, y por lo tanto de mejorar), y hoy he estado tabulando las respuestas.
En general, ha resultado bastante satisfactorio. Han valorado muy bien el interés del contenido, la utilidad, mi preparación, la amenidad de las clases… quizás el cuadro que más me guste (aunque no sea en el que más puntuación he sacado) sea éste: ¿recomendarías este curso?
En una escala de 7 puntos, 5 asistentes han dado la máxima puntuación y el resto, la inmediata inferior. Si a eso le sumamos algunas afirmaciones textuales (a la pregunta de qué me ha gustado más: «lo ameno, claro y entretenido que ha sido», «las experiencias personales de Raúl», «el contenido e información me puede ayudar en mi trabajo», «muy ameno y profundo sin ser pesado», «muy bien explicado», «la amenidad, participación y claridad», «lo rápido que ha conseguido Raúl adentrarnos en este mundillo»…) pues en fin, que me quedo bastante satisfecho.
¿Nada que mejorar? Por supuesto que sí. Me encantaría que en el gráfico anterior todos los asistentes estuvieran en la puntuación máxima, y en eso es en lo que voy a seguir trabajando. Quizás de los matices que más se repiten es que la sesión pudo resultar «un poco larga» (realmente estuvimos cuatro horas con apenas 15 minutos de descanso, y para más inri un viernes por la tarde y en horario «no laboral»: y aun así parece que no se les hizo demasiado cansino…), que la introducción quizás ocupara demasiado (es toda la parte dedicada a «sensibilización»… aunque creo que es porque el colectivo ya estaba un poco sensibilizado) y que les hubiera gustado profundizar más en «aplicaciones prácticas». Lo que pasa es que ahí ya empezamos a rozar el larguero de lo que es un curso y de lo que es consultoría… aunque seguro que todo se puede mejorar.
En fin, una buena y satisfactoria experiencia. ¿Quién quiere ser el siguiente? 🙂